El sonido recobrado – Confluencia Río Baker / Río Petorca

el paisaje sonoro del río Baker en el lecho seco del río Petorca

El sonido recobrado, año 2013

El Sonido Recobrado (Noviembre, 2013) pretende establecer relaciones espacio temporales de re-convergencia entre el sonido y el paisaje. Por un lado, se aborda la desaparición del curso de agua del río Petorca debido a políticas públicas puestas en marcha desde la dictadura chilena.  Por otro, en un contexto de desaparición progresiva de agentes ecológicos, la obra experimenta la posibilidad que presenta el sonido del paisaje, a través de su registro y su condición medial, de ser trasladado de un territorio a otro . El paisaje sonoro del río Baker se presenta como un conjunto de “sonidos extranjeros”. Llamo así a un conjunto de sonidos provenientes de un territorio y que son trasladados a otro mediante el registro sonoro. Se superponen así, temporal y espacialmente, dos instancias que instan por una transfiguración in situ de la imagen visual; una suerte de transparencia que subvierte y potencializa el sedimento afectivo clausurado allí por la imagen.

En noviembre del año 2011 realizamos la grabación del paisaje sonoro del río Baker  (labsonoro.cl/riobaker) considerando elementos metodológicos basados en una escucha contextual y otra focal, se establecieron cuatro emplazamientos a lo largo del río desde el inicio hasta su desembocadura en el Océano Pacífico: Puerto Bertrand, Los Ñadis, El Saltón y Caleta Tortel.

El río Baker en la Patagonia chilena, está siendo seriamente amenazado con la potencial construcción de una mega central hidroeléctrica que abastecería de energía al país.

El 30 de Noviembre de 2013, se realizó El Sonido Recobrado, la instalación del paisaje sonoro del río Baker en el lecho seco del río Petorca, en el marco del proyecto de tesis del Magíster en Artes Mediales de la Universidad de Chile.

Se dispusieron 28 altavoces en una porción del lecho seco, generando un ámbito sonoro que acotara la inmensidad del espacio a ocupar. El tiempo de la instalación estuvo en directa relación con el tiempo de sus medios, como el tiempo de las baterías de cada dispositivo que señaló la duración de la instalación, aproximadamente 8 horas. Una temporalidad definida por el uso restringido de la energía que remite a una coyuntura de nuestro presente. Así, el tiempo transcurrió como transcurre el tiempo cotidiano; entre la incertidumbre y la espera del agua y su disponibilidad.

El Sonido Recobrado es una acción transitoria y efímera, su tiempo es el tiempo de los medios que convoca. En el contexto de una profunda sequía el sonido instalado allí emerge y transcurre tal y como si este tiempo actual que parece arrebatarnos la percepción, no tuviese otra forma de ser vivido sino a través de una apelación a nuestra propia memoria para, desde allí, inventar lo que aquí surge como una suerte de prótesis.

28 altavoces levantan el sonido de lo ausente, así entonces surge, emerge, un curso de agua invisible

La ausencia y yuxtaposición es en El Sonido Recobrado aquello que tensiona el flujo de coordinaciones dispuestas a modo de realidad, apuntando a un allí afuera entendido como constructo de necesidades y signos que no hacen si no dar cuenta del contexto, social, político, ético, económico, poético, constantemente administrado por acciones temporales en contradicciones espaciales. Aquí el sonido se manifiesta como un elemento cuya cualidad principal es la de ser transportado y trasplantado a través de la grabación. El registro sonoro del paisaje como una acción que recorta el lugar, lo almacena y lo moviliza, lo dispone, constituyéndose así en puro sonido que luego es semantizado por la imagen del entorno en donde este se instala. El entorno entonces imprime en lo escuchado una imagen que deviene paisaje.

El paisaje es un entramado de eventos móviles que no dejan de pasar y sucederse. Esta experiencia se instaló a partir de esa movilidad del paisaje y sus correlatos como una acción temporal de reparación, configurando con ello un campo de relaciones semánticas que ubican al paisaje en una perspectiva que pone en entredicho su valoración objetiva y sistémica.

El Sonido Recobrado recoge la figura de la prótesis como una tecnología de reparación. El paisaje entonces, entendido como una escena con un correlato sonoro y un correlato visual, es el receptor de un trasplante sonoro que en la convergencia de lo sonoro y lo visual lo levanta y hace aparecer. Las tecnologías de reparación acuñadas aquí consisten en la construcción de un dispositivo o conjunto de ellos que rehabiliten un cuerpo por medio de la prótesis y/o el trasplante:

Trasplante: Intervención que consiste en

implantar en un ser vivo enfermo un órgano sano,

generalmente procedente de otro individuo.

(Diccionario Espasa-Calpe, consultado en 2011)

Fotografías: Daniela García

Registro audiovisual: Pablo Pinto